sábado, 19 de abril de 2014

ESCENA DE PORTUGAL

Tengo que volver a las razones por las que te dejé para no pensar en los motivos por los que te amo. Ni esta playa de Portugal me aleja lo suficiente de ti, ni la compañía del hombre bueno que dormita a mi lado.

Cierro los ojos y dejo al oído que ocupe el lugar de la vista. Los objetos a mi alrededor interpretan una curiosa partitura.

El mar que fustiga la orilla es el bajo continuo e insiste en repetir "estúpida" cada vez que descarga su látigo de espuma contra la arena.

El contrapunto lo dan las risas de las gaviotas.

La cadencia de la pelota de palas marca el compás mientras una pareja de jóvenes españoles cantan a dúo el pis de su hija: negocian quién cambiará el pañal.

Huele a pesca seca, pero ese es otro sentido distinto al que he escogido hoy. Hoy sólo escucho; me escucho.

Olvidarte es la única manera de que vuelvas.